“Antes de descubrir el sentido de la vida en los ojos de mi salvador busqué como loco en todas las doctrinas a mi alcance: el Vuchíismo me parecía terriblemente fanático, el CriCatoProtismo me parecía doctrinalmente anticuado y el HareRaGaneshmo (o como se llame) me parecía francamente absurdo; no conocí lo que el destino tenía preparado para mi pobre y temerosa alma hasta que un par de jóvenes luminosos y elegantes tocaron a mi puerta ofreciendo un libro que cambiaría radicalmente mi visión: la doctrina TecnommistikOM. Al principio negué las enseñanzas que me dejaría cerrando la puerta a estos emisarios de la luz:
(Toc, toc, toc)
-¿Sí, digan?
-Buenas tardes, hermano en búsqueda, venimos a ofrecerle algo que puede cambiar su vida.
-No me interesa, gracias.
-¿Está seguro de que no le interesa conocer todos los secretos que la humanidad merece conocer?
-Ya lo he dicho, no me interesa, gracias.
-Entonces permítanos regalarle un ejemplar de nuestro libro sagrado para su comprensión.
-Bien, déjenlo, sólo déjenme de molestar.
-Gracias, señor, que su vida se llene de alegría, y amor, y comprensión, y…
(Tomo el libro y cierro la puerta en su cara).
En cuanto empecé a hojear el libro algo se apoderó de mí: podía comprender todo el universo develándose frente a mis ojos por medio del TecnommistikOM y sus poderosas palabras de alegría y amor y comprensión y todo lo que siempre busqué en las religiones que nunca me alcanzaron a llenar; ¡un sentimiento perfecto de paz y armonía!. Entonces decidí continuar mi búsqueda en la dirección impresa en la contraportada del libro:
IGLESIA DEL NUEVO MILENIO
BOULEVARD DUCHARRY, 325
ESQUINA CON 16 DE MARULIO
CIUDAD DE VIACHËNHEIMER.
Cuando llegué a la dirección anteriormente descrita me sentí luminoso como una luciérnaga: cada paso que daba hacia la entrada de aquella estructura metálica rotulada como “Iglesia del Nuevo Milenio” me hacía sentir una profunda iluminación por todo el cuerpo, recorriéndome y encendiendo el espíritu en mi guardado hacia todos lados en una especie de Canon barrocósmico compuesto por Bagnoff en la tercera época*.
En el recinto había mas de cuatrocientas personas: todas iluminadas por las enseñanzas del TecnommistikOM; estaban reclinados en posición de rezo ante un monitor gigante que ostentaba la cifra absoluta:
3.23425168416428461894641846294638472830182346193801346104793740147049740297404019798461207486401274802490480390137401790469027904602790126412694601947104861094701491749470194601947019470194710490147916401749401978409764019740196401927401986401973’19641947’1294’12947016849184691681823691469816415962894691601856491589369745916391549816834128945194591286381549164915491854915489154891594519415414108538041204568463511389451724492647327777777…
Al contemplar el enorme número que se desplegaba ante mí y contenía todas las claves para descifrar secretos universales me incliné como todos los iluminados asistentes y comencé a pronunciar la cifra absoluta: todo había cobrado sentido para mi pobre e ignorante cerebrito.”
-Palabras de una víctima de ésta terrible y peligrosa secta
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*Esto es, antes del gran cisma que dividió a las civilizaciones occidentales en tribus nómadas y después de la conquista de América por los estados confederados de Oceanía (para más información consulte las obras del cronista Eric Arthur Blair, especialmente la relativa al año 1984).