-No digamos más que OAAAAA para alcanzar el cielo- decía el profeta Rammudyah a su congregación en el monte Changabang el 30 de abril de 1724 mientras, 1688 años antes, el mesías tan esperado del judaísmo era crucificado según la tradición de los creyentes; simultáneamente a estos importantes sucesos un grupo de monjas carmelitas era masacrado en el campo de concentración ubicado cerca de Dachau (Baviera) y Enrique Santos Discépolo escribía un maravilloso tango.
jueves, 3 de junio de 2010
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