jueves, 3 de junio de 2010

Salmo

No busco ser un santo insolente, inmortal en estatuas de barro,
 no quiero que mis meditaciones adoctrinen al pueblo;
no rezo para abrir el garage de Jehová.
  Sólo quiero que estés conmigo.

No quiero esperar a la muerte y alcanzar el cielo.
  quiero alcanzarlo contigo;
al verte encuentro la pureza del espíritu
 entre tus brazos existe la puerta del Nirvana en este Samsara.

No creo en un Dios pecador de barbas blancas
 sentado en su trono intergaláctico juzgando vivos y muertos
buscando redimir así su existencia de depravación.
   Creo en la perfecta Diosa que compartió mi almohada.

Busco en todos lados palabra
 que salga de aquellos labios frutales
más allá de toda concepción lógica el amor
 me une a la santísima de piel dorada.

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