No busco ser un santo insolente, inmortal en estatuas de barro,
no quiero que mis meditaciones adoctrinen al pueblo;
no rezo para abrir el garage de Jehová.
Sólo quiero que estés conmigo.
No quiero esperar a la muerte y alcanzar el cielo.
quiero alcanzarlo contigo;
al verte encuentro la pureza del espíritu
entre tus brazos existe la puerta del Nirvana en este Samsara.
No creo en un Dios pecador de barbas blancas
sentado en su trono intergaláctico juzgando vivos y muertos
buscando redimir así su existencia de depravación.
Creo en la perfecta Diosa que compartió mi almohada.
Busco en todos lados palabra
que salga de aquellos labios frutales
más allá de toda concepción lógica el amor
me une a la santísima de piel dorada.
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